Ahora que las organizaciones estudiantiles como la MANE y FENARES acompañan a los Rectores  en el reclamo de una mayor atención del Estado en el tema del financiamiento a las Universidades Públicas, utilizando las cifras provenientes del estudio elaborado por la comisión de vicerrectores del Sistema Universitario Estatal-SUE,  conviene hacer algunas claridades.

El mencionado estudio hace una simulación de lo que  costaría llevar a las Universidades a cumplir ciertos estándares mínimos, en cuanto a formas de vinculación de los docentes y administrativos, número de estudiantes por docente,  formación doctoral de los  docentes, infraestructura física, normas de sismo resistencia, normas para personal discapacitado, TICS, recursos, académicos,  bienestar Universitario, acreditación y gestión de la calidad,  seguridad física, electrónica e informática, mantenimiento y  servicios públicos.

Lo correspondiente a Investigación y laboratorios es harina de otro costal. No está incluido.

Naturalmente que los costos son  de diferente naturaleza, aquellos  que se  hacen por una sola vez, aunque demanden  con el tiempo nuevas inversiones y los que  son sistemáticos, recurrentes o de funcionamiento.

La suma de esta simulación determina que para el primer caso, el conjunto de las Universidades requiere 9, 8 billones  en el concepto de inversión y en el segundo  1.3 billones más de lo que reciben a la base para funcionamiento.

De aquí surge la famosa  cifra, sumando las dos, de  11. 1 billones;  monto que obviamente  no puede entenderse estrictamente como una deuda sino como una proyección en el tiempo.  Es un proceso  de inversiones en el tiempo, lo que va demandando mayores gastos de funcionamiento, no podría interpretarse  que de manera instantánea se configure la nueva realidad.

Incluso ni en la hipótesis de que se le entregara a la Universidades  el monto de la inversión requerida estas podrían ejecutarla en una vigencia. Esto es importante entenderlo para no confundirse.

Hay que reconocerle al Gobierno los recursos que llegarán por cuantía superior al billón de pesos provenientes del CREE para  inversión de las Universidades públicas, como efecto del punto adicional durante tres años.  Sin embargo, es insuficiente. Otra cosa sería que se hiciera permanente, ahí si podríamos hacerle mella al faltante  de inversión de las Universidades para con el tiempo saldar la deuda si insistimos en llamarla así.

Obviamente que no es suficiente, por ello creemos que es  muy importante perseverar en la alternativa de ceder un punto del impuesto del 4 X 1000 para la educación superior, como se ha propuesto  en el congreso por el senador Carlos Ferro, con este nuevo recurso podríamos complementar los esfuerzos necesarios.

Es de advertir que las cuentas del SUE buscan equilibrar las Universidades, ello significa  que del conjunto, recibirán más quienes más deficitarios estén en cuanto a los estándares; mal podría entonces hablarse de privilegiar lo inercial.   De hecho  en la primera distribución de los recursos del CREE este año, por 218.000 millones de pesos, se observa  la tendencia a la igualación.

Hablando del segundo gran rubro, el  recurrente, una buena parte debe obedecer al desarrollo  de la inversión, por ello es también equivocado afirmar que deba trasnferirse en su totalidad el año entrante.

Lo que si esta fuera de toda discusión, es la necesidad de recibir nuevos recursos el próximo año , por encima de la Proyección del Índice de precios al consumidor, IPC. Nos parece muy grave que el Congreso todavía no haya atendido la petición de aumentar la asignación que viene en el proyecto de presupuesto. Este fue presentado por el Gobierno sin incremento, a diferencia del año anterior, lo que nos coloca en serias dificultades.

El crecimiento de la canasta educativa, las necesidades crecientes en el rubro de Bienestar, la importancia de aumentar los cargos de planta, el crecimiento de los  salarios de los docentes como efecto de la producción académica,  por lo menos 4 puntos por encima de la inflación, para no hablar del reajuste salarial que el Gobierno pactó con los sindicatos para remontar la inflación por lo  menos en un punto, lo justifican de sobra.

Los rectores  hemos pedido que los recursos adicionales se  incrementen como mínimo en 200.000 Millones.  Naturalmente que si recibiéramos más en esa medida también avanzaríamos en todos los sentidos.

Seguimos esperando respuesta.


Luis Enrique Arango Jiménez

Rector Universidad Tecnológica de Pereira

Presidente Sistema Universitario Estatal