Hablamos la semana anterior sobre la propuesta del Semestre Cero o de Fundamentación, centrado en la formación intensiva en inglés para aquellos estudiantes que traen las competencias  muy bajas o nulas del bachillerato, y de paso propiciar una ampliación de cupos en las Universidades, manteniendo este semestre adicional de manera indefinida. Me han pedido aclarar que además del inglés se podría ofrecer refuerzo en matemáticas y en lectoescritura como complementos importantes.

En el caso de la Universidad Tecnológica de Pereira, aparte del inglés, se está ofreciendo un curso de  matemáticas con una hora diaria, voluntario, cuya aprobación les puede representar a los estudiantes el 20% de la nota del curso de matemáticas I, si deben tomarlo  posteriormente. Para lectoescritura se está trabajando una oferta apoyada en la virtualidad.

Pasar los estudiantes con debilidades por el Semestre de Fundamentación determina una inversión virtuosa que impactará todo el proceso de formación del pregrado, incluido el inglés, que se debe continuar estudiando y utilizando a lo largo de la carrera. Debe lograrse al final una disminución en la duración de los estudios en comparación con lo que ahora está sucediendo.

La segunda propuesta para ampliar cobertura, y que también nace de nuestra  propia experiencia, es ofrecer en franjas horarias diferentes los programas que ya se están ofreciendo, utilizando la infraestructura disponible. Deben ser ofertas dirigidas en principio solo a la población que va a ser becada por el Gobierno.

Las universidades deben valorar los costos reales de estas ofertas para determinar las matrículas que deben pagarse por ellas, en el entendido que no serán financiadas por las transferencias ordinarias del Estado, sino por las becas que el Gobierno ha prometido. Es decir, los costos académicos y de administración de estos programas  especiales deben ser compensados por las becas, garantizando cohortes.

Como dije en la columna anterior, la ampliación de cupos en las universidades  públicas hay que acometerla a través de diversas alternativas. Para algunas universidades podría ser la oportunidad de abrir  programas nuevos que ya estén en proceso, balanceando  costos con los estudiantes becados que podrían recibir. Lo que si está claro, es que las matrículas que cobran la mayoría de las  universidades públicas en los programas subsidiados no son suficientes para costear nuevos cupos y por consiguiente  por esa vía no va haber ampliaciones; se requieren innovaciones en la estructuración de las nuevas ofertas.

La ampliación de cobertura en las universidades públicas, en nuevos programas que requieran inversiones en infraestructura y en recurso humano especial  implica estrategias de financiación  más complejas,  difíciles de conciliar con la inmediatez del programa de becas.

Naturalmente que no debemos quedarnos con los brazos cruzados esperando soluciones de fondo, el programa presidencial de las 400.000 becas para jóvenes de escasos recursos constituye una oportunidad que se debe aprovechar.

Llegó la hora de planear como nos acomodamos a las nuevas circunstancias usando la autonomía.

Manos a la obra.

Luis Enrique Arango Jiménez

Rector Universidad Tecnológica de Pereira

Presidente Sistema Universitario Estatal SUE