Ha sido usual en las universidades que quienes ejercen la oposición dentro de la democracia universitaria lo hagan de manera radical, entendida esta como la práctica de negar sistemáticamente los proyectos puestos a consideración en los organismos de gobierno, sin atender a los resultados de la discusión y deliberación. El modus operandi se da más o menos de la siguiente manera; participan en la discusión de cada artículo, logrando incluso que se hagan ajustes, pero al final cuando se vota el proyecto en conjunto, lo votan negativo aduciendo que no están de acuerdo por una u otra cosa. No lo votan con salvedades como debería ser y como suele hacerse incluso en las cortes.

Mucho me temo que algo muy parecido va a ocurrir con el documento » Acuerdo por lo Superior- 2034″, que está a punto de ser liberado por el CESU como propuesta de política pública para la Educación Superior. No obstante que hubo plena participación, y no puede alegarse que se hizo a espaldas del país, sin embargo por no incorporarse de manera específica algunos puntos, en la forma deseada, tomarán distancia del documento.

Hay dos puntos en particular que son controversiales y que el documento aborda de manera general en los siguientes términos: aumentar la participación de las comunidades académicas en los consejos superiores y promover gratuidad para los sectores en debilidad.

Del lado de algunos sectores opositores el ideal de la redacción debiera ser así: que las comunidades académicas tengan participación mayoritaria y que la gratuidad, aunque gradual, deba ser total para todo el mundo.

Le escuché al Representante de los profesores en el CESU, durante un foro en Manizales donde participé, que los puntos no consensuados debían ser listados de manera precisa y someterse a la decisión del pueblo a través de un plebiscito, optando por la democracia directa en vez de ir al Congreso. Respetable la posición pero a mi manera de ver, un poco difícil.

El CESU debe iniciar una segunda fase que apunte hacia los cómos, hacia la implementación de la política. Esta segunda etapa no excluye la deliberación sobre la política propuesta; tanto adentro como afuera de las universidades debe continuar la discusión y las propuestas.

Es deseable que en esta segunda etapa se puedan dar los acercamientos necesarios para continuar con el mismo clima que ha reinado hasta ahora y que ha permitido una gran deliberación pública reconocida por todos.

El Sistema Universitario Estatal – SUE, no va a esperar hasta el día del juicio final para empezar a resolver los problemas, por ello insiste en que debe aprobarse por separado un nuevo modelo de financiamiento, y estamos trabajando con el Ministerio en esa dirección.

Aquí no debe aplicar aquello de que nada está acordado, hasta que todo esté acordado. Hay que ir andando y repicando en la procesión.

Con todo respeto creo que los Maximalismos le hacen daño a la causa universitaria; terminan en una auto exclusión innecesaria.


Luis Enrique Arango Jiménez

RectorUniversidad Tecnológica de Pereira

Presidentre SIstema Universitario Estatal SUE