Creo que el país no ha calibrado suficientemente la dimensión del personaje que ocupa la Vicepresidencia de la República; creo no equivocarme si afirmo que es difícil encontrar en la historia política reciente de Colombia, una carrera tan meritoria como la de Angelino Garzón.   Los que  dudan de sus  capacidades,  pensando que su ascenso   se debe a golpes de fortuna, deben estar repensándolo después de lo que  hemos visto en los últimos días.

Recordemos para empezar que es un hombre de origen humilde, nacido en Buga, levantado por una mujer sola, que se  desempeñaba como vendedora en una plaza de mercado, que  siendo niño trabajó vendiendo periódicos, que laboró como obrero electricista, desde donde se hizo dirigente sindical, escalando hasta la Dirección de la CUT. Que se hizo profesional siendo ya adulto.  Que  proviniendo del partido comunista, hizo un giro para ingresar a la Alianza Democrática M19, y  de allí fue elegido como  constituyente en el 91. Luego fue nombrado como Ministro del Trabajo por el Presidente Pastrana, para  más  adelante ser elegido como Gobernador del Valle;  luego actuó como jefe de la misión Colombiana ante la ONU en Suiza y  finalmente el  Presidente Juan Manuel Santos lo escogió como su formula Vicepresidencial.

Angelino nunca ha escondido su vocación por lo  social; incluso tomando distancia a veces del mismo Gobierno, corriendo los riesgos que ello implica. Se declara independiente de Izquierda,  católico, devoto del milagroso de Buga.  Cuando habla siempre mantiene la misma línea. Ejemplo de coherencia política, un atributo escaso en la política Colombiana.

Iniciando este Gobierno, cuando se estrenaba en la Vicepresidencia ,  Angelino sufrió un primer incidente de salud, que lo llevo a ser intervenido por problemas cardiacos, que logró superar; ya  rehabilitado de estas dolencias, aspiró a la dirección general del OIT con el respaldo del Gobierno Nacional; hizo una intensa campaña internacional  aunque la  suerte le  fue adversa. Ya por estos hechos empezaron a insinuar que debía renunciar.

Un poco después  fue sorprendido con un nuevo incidente; una isquemia cerebral  lo llevo  de urgencia  para ser tratado e intervenido.  Aquí de nuevo, y sin darle respiro volvieron a la carga las voces que le pedían  renunciar; incluso desde  el Congreso se trato de verificar su condición cognitiva.

Cuando ya daba señales de franca recuperación, él mismo dio cuenta de un nuevo episodio; un tumor maligno muy pequeño le había sido detectado en la próstata y debía someterse a tratamiento, con la certeza de que podía ser curado mediante radioterapia.  

Se prende el debate, debe renunciar, no debe renunciar. Angelino, riposta; no lo descarto, agrega, si el Presidente o el Congreso me lo piden, no dudo un segundo en hacerlo.

Seguí la entrevista que el jueves pasado le hizo Yamid Amat en CMI, donde implacablemente lo trato de poner contra las cuerdas. Angelino, exhibió sus dotes de fajador.   La pregunta  que siempre hacen a los televidentes después de las entrevistas, se dio en los siguientes términos: Ud. está de acuerdo en que el Vicepresidente  Garzón  se retire y de dedique a  recuperar la salud o que continúe en la Vicepresidencia.  La respuesta al final del Noticiero marcó que el 82%  se inclinaba porque continuara.

Angelino tiene el derecho a batallar por salir avante de la encrucijada en que se encuentra y los colombianos debiéramos procurar que  lo consiga. Estamos frente a un hombre bueno,  excepcional,  que merece el beneficio de la solidaridad nacional.

Nadie tiene la vida comprada. Lo demás son pamplinas.

Luis Enrique Arango Jiménez

Rector Universidad Tecnológica de Pereira

Presidente Sistema Universitario Estatal